Se trata de un perrito de la raza Bull Terrier que responde al nombre de Onix, quien al igual que sus dueños fue, literalmente, detenido y enjaulado en las instalaciones del Senasa, donde come cuando algunos empleados se acuerdan de llevarle algo para que se alimente y vive bajo la incertidumbre de su futuro, ya que hay quienes señalan que deberían sacrificarlo para que deje de sufrir. Según algunos empleados del Senasa el perro solo entiende en portugués, porque se habría criado en Brasil y adoptado por los colombianos.
El pequeño Onix sigue encerrado y los trabajadores del Senasa esperan que alguien se apiade de él y lo quiera adoptar, porque su salud se va deteriorando de a poco y el invierno ya está cerca y su celda está al aire libre. Los que deseen adoptarlo deberán ponerse en contacto con las autoridades del Senasa.
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